UNAMUNO POEMAS







¡¡¡UNAMUNO  UN GRAN POETA !!!

NINO SÁNCHEZ





RECORDANDO A D. MIGUEL


150 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE D. MIGUEL DE UNAMUNO


          De todos es sabido que Unamuno es un gran ensayista y pensador en  “La agonía del cristianismo”, el narrador de  “Niebla”, dramaturgo de Fedra, pero para el gran público como Poeta es un perfecto desconocido. Sin embargo Cernuda –tan lejos suyo aparentemente-dice en sus estudios de Poesía Española Contemporánea (1957) que Unamuno es el mejor poeta del siglo XX.
Rubén Darío decía: “Para entender la poesía de Unamuno hay que saber mucha Armonía y Contrapunto”. Unamuno buscaba una poesía de ideas, ideas sustanciadas con las palabras. Renueva el camino de la Poesía española–el ritmo de la frase mejor que el ritmo del verso-. Por motivos que ignoramos nunca publicó su Cancionero que había escrito en su destierro y continuó al llegar a España en 1930. Su último poema está fechado el 28 de diciembre es decir tres días antes de morir. Este Cancionero tiene 1755 poemas que Senabre califica de portentosos y que con sus logros y defectos representa la quinta esencia de la poesía Unamuniana. Defectos (Unamuno lo advierte) escribo   todo y no selecciono nada. Y logros, porque en el tono diarístico (con rima asonante o consonante) Unamuno entendía la poesía como un diario como una sucesión de anotaciones y sobre todo quería pensar y vivir   en un verso suyo propio: “SENTIR EL PENSAMIENTO Y PENSAR EL SENTIMIENTO....”. Gran poeta Unamuno, aún por descubrir para muchos.



ME DESTIERRO A LA MEMORIA
(Cancionero 289)

Me destierro a la memoria,
voy a vivir del recuerdo.
Buscadme, si me os pierdo,
en el yermo de la historia,

que es enfermedad
y muero viviendo enfermo.
Me voy, pues, me voy al yermo
donde la muerte se olvida.

Y os llevo congo, hermanos,
para poblar mi desierto.
Cuando me creáis más muerto
retemblaré en vuestras manos.

Aquí os dejo mi alma-libro,
hombre-mundo verdadero.
Cuando vibres todo entero,
Soy yo, lector, que en ti vibro.



A LA LIBERTAD 
(Cantos)

“¡Libertad! ¡Libertad!” sonó en os cielos
mas no en el seno oscuro de la Tierra,
cayéronsele,  al siervo las esposas,
rotas no, sino sueltas.

De las manos cayéronle, y del suelo
la Ley las recogió, piadosa y seria,
le ató los pies con ellas, hechas grillos,
y quedó satisfecha.

Mientras no suene el grito en lo profundo
del seno inviolado de la Tierra,
andarás, Libertad, tú por los cielos
y tu esclavo a la gleba.

Libertad, Libertad, si quieres libres
a tus esclavos, date tu por presa,
baja de cielo y de la pobre Madre
en las entrañas entra.

Mientras la Tierra cotos sufra y vallas,
y los campos de Dios sean dehesa
irán sus hijos con las manos libres
y arrastrando cadenas.

Baja del cielo, Libertad sagrada,
hazte carne en el seno de la Tierra,
y entre dolor y sangre un día hermoso
nos nacerás entera.

Ven, redentora, fuente de esperanzas,
la pobre Madre con afán te espera,
ven, hinche pronto su regazo santo
y tráenos vida nueva.

Día de redención, de amor, de gloria,
será el día del parto, en primavera,
y de sangre y dolor, de sol y vida,
cuando tú te hagas nuestra.

¡Baja del cielo, Libertad sublime,
y humillándote al mundo hazte terrena,
rompe los grillos del derecho infame,
y ensánchanos la tierra!



AVILA DE LOS CABALLEROS
(Cancionero 451. 1928)

Avila de los caballeros,
la de la recia monja andante;
castillo interior, torreones
contemplan verdor en el valle.

Tu sede se eriza de almenas
a fuera; por dentro, en el ábside
la sangre cuajó en los sillares,
la luz en visiones gigantes.

Sestea los siglos el toro
berroqueño, los trashumantes,
rudos rabadanes celtíberos
visitan en sombras errantes
la vieja cañada borrada,
arteria de Iberia en que late
la vida escondida del alma
que, al pasar, en el paso pace.

Mira a tu Pastor, Prisciliano,
peregrino celta, sus manes
en Compostela reconquistan
la España que en sed de Dios arde.

Ävila de los caballeros,
hueso de la patria más gfrande
le diste nodriza, tu tuétano,
fuerte leche a la monja andante.




CACERES
(Poemas de los pueblos de España)
Y así van las horas.
paso a paso,
al pie de las torres
donde se alzan centinelas de modorra,
las cigüeñas
de Cáceres.
Su cielo de fuego
recorren palomas,
aviones, cernícalos
y la gente
paso a paso
come, bebe, duerme,
se propaga.
El porquero congrega a los puercos
de mañana,
los suelta de tarde
y se van calle arriba buscando
cada cual su morada.
La plazuela en que alfombra
la yerba las piedras
recoge la sombra
solitaria
del viejo palacio
de escudos y rejas,
antaño boyante y ogaño ya lacio
que al cielo de fuego dormita su siesta.
Y a la tarde
descalzas y en pelo
--arracadas enormes,
gargantillas de oro
en bandas informes
van las mozas cual vencejos
a la fuente del Concejo
chachareando.
Si subís a la montaña
en redondo
soledades desoladas
a que azota el sol desnudo
en crudo.
Sólo queda como abrigo
contra el sol que escalda el suelo
el Casino.
Se habla allí de caza y jacos,
de mujeres,
y se juega.
Y así van las horas
paso a paso
en Cáceles.








CAMINITO DE SANTIAGO
( Cancionero, nº 293.. 1928)

Caminito de Santiago,
enchinarrado de estrellas,
¿a dónde llevas el alma
que se mete por tus huellas?

Das la vuelta al firmamento
y luego vuelta a la vuelta;
eres, caminito, llanta
de una abismática rueda.

¿Dónde tu suelo concluye?
¿dónde la posada empieza?
¿dónde se acaban los cielos?
¿dónde lo que pasa queda?

Caminito de Santiago,
enchinarrado de estrellas,
tus peregrinos se mueren
de hambre de la última tierra.



CAMPANA DE FUENTERRABÍA
(Romancero del destierro,
Romances VIII, Hendaya 1926)

Si no has de volverme a España,
Dios de la única bondad,
si no has de acostarme en ella
¡hágase tu voluntad!

Como en el cielo en la tierra
en la montaña y la mar,
Fuenterrabía soñada,
tu campana oigo sonar.

Es el llanto del Jaizquíbel,
--¡sobre él pasa el huracán! –
entraña de mi honda España,
te siento de mi palpitar.

Espejo del Bidasoa
que vas a perderte al mar,
¡qué de ensueños te me llevas,
a Dios van a reposar...!

¡Campana Fuenterrabía,
lengua de la eternidad,
me traes la voz redentora
de Dios, la única bondad!

Hazme, Señor, tu campana,
campana de tu verdad,
y la guerra de este siglo
deme en tierra eterna paz.


CON RECUERDOS DE  ESPERANZAS
(Teresa )

Con recuerdos de esperanzas
y esperanzas de recuerdos
vamos matando la vida
y dando vida al eterno
descuido que del cuidado
del morir nos olvidemos.

Fue ya otra vez el futuro,
será el pasado de nuevo,
mañana y ayer mejidos
en el hoy se quedan muertos.

Me he despertado soñando,
soñé que estaba despierto;
soñé que el sueño era vida,
soñé que la vida es sueño.

Sentí que estaba pensando,
pensé que sentía, y luego
vi reducirse a cenizas
mis pensamientos de fuego.

Si hay quien no siente la brasa
debajo de estos conceptos,
es que en su vida ha pensado
con su propio sentimiento;
es que en su vida ha sentido
dentro de si al pensamiento.

Flores da el amor al hombre,
flores entre hojas al viento;
más también le da diamantes
duros, cortantes, escuetos.

No sólo el vapor calienta;
no llaméis frío a lo seco;
la carne enfría a menudo
y suele quemar los huesos.



CÓRDOBA
(Poemas de los pueblos de España)


Saavedra, Lucano, Séneca,
Córdoba.
Roma canta en la mezquita
Gualdalquivir medita
el sueño de Abderramán.

La vida,  fuerza del sino,
juego en tragedia,
tragedia en juego, Lagartijo,
en las ermitas
sestean capeadores del Señor.






DENSO, DENSO
(Credo poético)

Mira amigo, cuando libres
al mundo tu pensamiento,
cuida que sea ante todo
denso, denso.

Y cuando sueltes la espita
que cierra tu sentimiento
que en tus cantos éste mane
denso, denso.

Y el vaso en que nos escancies
de tu sentir los anhelos,
de tu pensar los cuidados,
denso, denso.

Mira que es largo el camino
y corto, muy corto, el tiempo,
parar en cada posada
no podemos.

Dinos en pocas palabras
y sin dejar el sendero,
lo más que decir se pueda,
denso, denso.

Con la hebra recia del ritmo
hebrosos queden tus versos,
sin grasa, con carne prieta,
densos, densos.




CAMPANA DE FUENTERRABÍA
(Romancero del destierro,
Romances VIII, Hendaya 1926)

Si no has de volverme a España,
Dios de la única bondad,
si no has de acostarme en ella
¡hágase tu voluntad!

Como en el cielo en la tierra
en la montaña y la mar,
Fuenterrabía soñada,
tu campana oigo sonar.

Es el llanto del Jaizquíbel,
--¡sobre él pasa el huracán! –
entraña de mi honda España,
te siento de mi palpitar.

Espejo del Bidasoa
que vas a perderte al mar,
¡qué de ensueños te me llevas,
a Dios van a reposar...!

¡Campana Fuenterrabía,
lengua de la eternidad,
me traes la voz redentora
de Dios, la única bondad!

Hazme, Señor, tu campana,
campana de tu verdad,
y la guerra de este siglo
deme en tierra eterna paz.



CON RECUERDOS DE  ESPERANZAS
(Teresa )

Con recuerdos de esperanzas
y esperanzas de recuerdos
vamos matando la vida
y dando vida al eterno
descuido que del cuidado
del morir nos olvidemos.

Fue ya otra vez el futuro,
será el pasado de nuevo,
mañana y ayer mejidos
en el hoy se quedan muertos.

Me he despertado soñando,
soñé que estaba despierto;
soñé que el sueño era vida,
soñé que la vida es sueño.

Sentí que estaba pensando,
pensé que sentía, y luego
vi reducirse a cenizas
mis pensamientos de fuego.

Si hay quien no siente la brasa
debajo de estos conceptos,
es que en su vida ha pensado
con su propio sentimiento;
es que en su vida ha sentido
dentro de si al pensamiento.

Flores da el amor al hombre,
flores entre hojas al viento;
más también le da diamantes
duros, cortantes, escuetos.

No sólo el vapor calienta;
no llaméis frío a lo seco;
la carne enfría a menudo
y suele quemar los huesos.








CÓRDOBA
(Poemas de los pueblos de España)


Saavedra, Lucano, Séneca,
Córdoba.
Roma canta en la mezquita
Gualdalquivir medita
el sueño de Abderramán.

La vida,  fuerza del sino,
juego en tragedia,
tragedia en juego, Lagartijo,
en las ermitas
sestean capeadores del Señor.





DENSO, DENSO
(Credo poético)

Mira amigo, cuando libres
al mundo tu pensamiento,
cuida que sea ante todo
denso, denso.

Y cuando sueltes la espita
que cierra tu sentimiento
que en tus cantos éste mane
denso, denso.

Y el vaso en que nos escancies
de tu sentir los anhelos,
de tu pensar los cuidados,
denso, denso.

Mira que es largo el camino
y corto, muy corto, el tiempo,
parar en cada posada
no podemos.

Dinos en pocas palabras
y sin dejar el sendero,
lo más que decir se pueda,
denso, denso.

Con la hebra recia del ritmo
hebrosos queden tus versos,
sin grasa, con carne prieta,
densos, densos.







DICES QUE NO ME ENTIENDES...
(Poesias: “Reflexiones, amonestaciones y votos)

Dices que no me entiende..
y ¿que importa, bien mío?
Tampoco yo te entiendo,
y tengo tu cariño.

Si ante ti está mi mente
cercada en grueso muro,
en cambio, aquí te traigo
mi corazón desnudo.

Yo no sé lo que piensas
y aún si piensa ignoro;
ne basta que tu pecho
se me haya abierto todo.

La mente es infinita,
el corazón eterno;
aquí, en tu rinconcito,
por siempre viviremos.



DON MARTÍN GARITACOA
( Cancionero nº 203, 1928)

Don Martín Garitacoa
va volando entre los robles;
sus cuernecitos pasea
por la verdura del bosque.

“¿Para qué esos cuernecitos?”
se va preguntando el hombre.
Don Martín Garitacoa
callando vuela en el bosque.

Salió volando del bosque
Don Martín Garitacoa;
por el peso de los cuernos
fue a caer al Bidasoa.

Al verlo Choldocogaña,
riendo con sus argomas,
“¡Cuánta sed tenía el pobre!”
pensó entre veras y bromas.

SOR  AMANDRAGONAGORRI
(Cancionero nº 204. 1928)

Sobre la flor, oro vivo,
de la cima de una argoma
Sor Amandragonagorri,
perla de sangre, se posa.

Siete negras puntaditas
manto de púrpura adornan;
Ssete clavos de deseo
su corazoncito forman.

Va a emprender al cielo azul
su primer vuelo de boda,
tan redondita y rojita
¡es un encanto de novia!

Coquito de Dios lo llaman
en Castilla socarrona,
Dios a Amandragonagorri
sonríe con toda boca.



DURIUM, DUERO, DOURO
(Cancionero 271 c. 1ª escritura 1928,
última 1930)

Aarlanzón, Carrión, Pisuerga,
Tormes, Agueda, mi Duero.
Lígrimos, lánguidos, intinmos,
espejando claros cielos,
abrevando pardos campos,
susurrando romanceros.

Valladolid; le flanqueas,
de niebla le das tus besos;
le cunabas a Felipe
consejas de comuneros.

Tordesillas; de la loca
de amor vas bizmando el duelo
a que dan sombra piadosa
los amores de Don Pedro.

Toro, erguido en atalaya,
sus leyes no más recuerdo,
hace con tus aguas vino
al sol de León, brasero.

Zamora de Doña Urraca,
Zamora del Cid mancebo,
sueñan torres con sus ojos
siglos en corriente espejo.

Arribes de Fermoselle,
por pingorotas berruecos,
temblando el Tormes acuesta
en tu cauce sus ensueños.

Code de Mieza, que cuelga
sobre la sima del lecho.
Escombrera de Laverde,
donde se escombraron rezos.

Frejeneda fronteriza,
con sus viñedos por fresnos,
Barca d’Alva del abrazo
del Agueda con tu estero

Douro, que bordando viñas
vas a la mar prisionero,
y coges de paso al Támega,
de hondas saudades cuévano.

En su Foz Oporto sueña
con el Urbión altanero;
Soria en su sobremeseta,
con la mar toda sendero.

Arbol de fuertes raíces
aferrado al patrio suelo,
beben tus hojas, las aguas,
la eternidad del empeño.






LA LIBÉLULA
( Cancionero nº 208, 1928)

Vas, asador del Infierno,
caballito del Diablo,
enhebrando con tu vuelo
sobre el agua del regato,
que a la umbría presta ensueño,
almas de duendes y trasgos.

Cruz en pena del momento,
más que bicho un aparato,
eres el menudo espejo
del tantálico trabajo
¡su alto título progreso!
lanzadera del diablo,
cruz de burla sin sosiego
que solo tejes guiñapos.

MARIPOSA
( Cancionero nº 209, 1929)

Sobre la mortaja,
apenas da sombra,
plegadas las alas
posa Mariposa,
al sol va a secarlas,
del cielo curiosa,
luego en ellas se alza
y la brisa airosa
lleva la mortaja
toda temblorosa.




LAS MONTAÑAS DE MI TIERRA
(Poesías: Vizcaya)

Las montañas de mi tierra
en el mar se miran,
y los bosques que las visten
salina respiran.

De mi tierra el mar bravío
briza a la montañas,
y ellas se duermen sin sintiendo
mar en las entrañas.

¡Oh mi Vizcaya marina
tierra montañesa,
besan al cielo tus cumbres
y el mar te besa!

Tu hondo mar y tus montañas
llevo yo en mi mismo,
copa me diste en los cielos
raíz en el abismo.




LUNA, LUNERA
(Romancero del destierro, Prologo nº XII)

Luna lunera lunática, sales
cuando ya menguas mi anhelo de espera;
vuélvete nube, mi luna lunera,
pues ya de noche de nada me vales.

Deja que floten tus blancos cendales
en el azul con que tapa a su esfera
tu padre el Sol, que al hacer su carrera
te deja en prenda sus viejos pañales.

¡Ay triste espejo de luz del ocaso!
Sin las estrellas en coro, ¿Qué dices?
Mueres de día dejando tu vaso

pálido, frío, vacío, ¡infelices
Los que de él beben tu ley del acaso!...
Luna lunera, no los martirices...



Coquito de Dios, coquito de Dios
cuéntame los dedos
 y vete con Dios.

RECUERDOS DE MI NIÑEZ

SOR AMANDRAGONAGORRI
(Cancionero nº204)

Sobre la flor, oro vivo,
de la cima de una argoma
Sor Amandragonagorri,
perla de sangre, se posa.

Siete negras puntaditas
manto de púrpura adornan;
siete clavos de deseo
su corazoncito forman.

Va a emprender el cielo azul
su primer vuelo de boda,
tan redondita y rojita
¡es un encanto de novia!

Coquito de Dios le llaman
en Castilla, socarrona,
Dios a Amandragonagorri
Sonríe con toda boca.


MADRE ARAÑA
(Cancionero nº 205)

Madre araña está tejiendo
rayos de luna plateados,
¡ay encanto de las lunas!
¡ay pobres moscas lunáticas!



AMAPOLA
(Cancionero nº 206)
Corazón negro con alas
de fuego y presas a tierra
hundido entre los trigales
que al viento se Dios se pliegan.

Amapola soñadora,
rizo de la luz, esperas
a la hoz que tus ensueños
segará en la sementera.

SANCHO, CIUTTI Y VIERNES
(Cancionero nº 207)

Sancho, Ciutti y Viernes, gobernadores,
han metido  los pueblos en razón,
si no se acaba el mundo en la locura:
Don Quijote, Don Juan y Robinson.

DON MARTÍN GARITACOA
(Cancionero nº203)

Don Martín Garitacoa
va volando entre los robles;
sus cuernecitos pasea
por la verdura del bosque.

“¿Para qué esos cuernecitos?”
se va preguntando el hombre.
Don Martín Garitacoa
callando vuela en el bosque.

Salió volando del bosque
Don Martín Garitacoa;
por el peso de  los cuernos
fue a cae al Bidasoa.

Al verlo Choldocogaña,
riendo con sus argomas,
“¡Cuánta sed tenía el pobre!”
pensó entre veras y bromas.

LA MARIPOSA
(Cancionero nº209)

Sobre a mortaja,
Apenas da sombra
plegadas las alas
posa mariposa;
al sol va a secarlas
del cielo curiosa,
luego en ellas se alza
y la brisa airosa
lleva la mortaja
toda temblorosa.


LA LIBÉLULA
(Cancionero nº208)

Vas, asador del Infierno,
caballito del Diablo,
enhebrando con tu vuelo
sobre el alma del regato,
que a la umbría presta ensueño,
almas de duendes y trasgos.

Cruz en pena del momento,
más que bicho un aparato,
eres el menudo espejo 
del tantálico trabajo
¡su alto título progreso!
lanzadera del Diablo,
cruz de burla sin sosiego
que solo tejes guiñapos.

La libélula de acero
Ha tejido ya el Atlántico;
Ande, pues el movimiento
Y quédese Dios en sábado.






ME DESTIERRO A LA MEMORIA
(Cancionero 289)

Me destierro a la memoria,
voy a vivir del recuerdo.
Buscadme, si me os pierdo,
en el yermo de la historia,

que es enfermedad
y muero viviendo enfermo.
Me voy, pues, me voy al yermo
donde la muerte se olvida.

Y os llevo congo, hermanos,
para poblar mi desierto.
Cuando me creáis más muerto
retemblaré en vuestras manos.

Aquí os dejo mi alma-libro,
hombre-mundo verdadero.
Cuando vibres todo entero,
Soy yo, lector, que en ti vibro.




NO ERES TUYA
(Poesías: “Reflexiones, amonestaciones y votos)

No eres tuya, no eres tuya; no recuerdas;
no te quieres, note quieres, pobre niña,
y si no recuerdas, dime, ¿cómo quieres
llamar tuya a esa tu vida?

Esa tu alma --así la llamas--, niña, dime,
Si en tu pecho de recuerdos no es tejida
¿Cómo es alma? ¿Cómo es tuya? ¿Cómo vive?
¡Vives muerta, pobrecilla!

Llegará un día muy triste, no lo dudes,
en que llores en silencio de agonía
porque no puedas querer a quien te quiera
y ¡ay de tu alma en aquel día!

Buscarás en las honduras de tu pecho,
llanto tierno como riego de la dicha,
¡seco encontrarás el corazón y muerta
la corriente de la vida!

No te quieres, no te quieres, ¡desgraciada!,
y si no sabes quererte, pobre niña,
cuando de otros el cariño necesites
será la hora ya tardía.

Búscate alma en el recuerdo  y serás tuya;
Nunca olvides, nunca olvides, que el que olvida
Pierde el alma y no la encuentra, y es su muerte
Al morir definitiva.









PERU Y MARICHU
 (Cosas de Niños)

Recuerdo un cuento que de niño
oí contar;
cómo Peru y Marichu levantaron
una casa de sal.
Cayó del cielo en lluvia el agua,
se fue el hogar;
lo arrastró derretido por la tierra
y lo más se fue al mar.
Los cuentos de la infancia dejan
siempre su sal;
el agua de los años nos los lleva
del olvido a l mar..
Pero queda del alma en el fondo
queda el solar
salado para siempre con el jugo
de aquella dulce edad.

Si la sal de tu infancia pierde el alma
¿Quién nos la salará?




RENACIENTE  MARAVILLA
(Poemas de los pueblos de España)

¡Salamanca, Salamanca,
renaciente maravilla,
académica palanca
de mi visión de Castilla!

Oro en sillares soto
de las ribera del Tormes,
de viejo saber remoto
guardas recuerdos conformes.

Hechizo salmanticense
de pedantesca dulzura,
gramática del Brocense,
florón de literatura.

¡Ay mi Castilla latina
con raíz gramatical!
¡Ay, tierra que se declina
por luz sobrenatural!



SALAMANCA
(Poemas de los pueblos de España, 
4 primeras  cuartetas)


Alto soto de torres que al ponerse
tras las encinas que el celaje esmaltan
dora a os rayos de su lumbre el padre
Sol de Castilla;

bosques de piedras que arrancó la historia
a las entrañas de la tierra madre,
remanso de quietud, yo te bendigo,
¡mi Salamanca!

Miras a un lado, allende el Tormes lento,
de las encinas el follaje pardo
cual el follaje de tu piedra, inmoble,
denso y perenne.

Y del otro lado, por la calva Armuña,
ondea el trigo, cual tu piedra, de oro,
y entre los surcos al morir la tarde
duerme el sosiego




SANTIAGO DE COMPOSTELA
(Cancionero)
“Poemas de los pueblos de España”


Santiago de Compostela,
lluvia en las losas, el cielo
de piedra, y las piedras santas,
cielo románico y céltico.

Embozo de lluvia mansa
y terca, dulce consuelo,
llora y riendo se ríe
con tonada de gaitero.

Prisciliano y Rosalía,
morriña y botafumeiro;
cuenta leyendas remotas,
con sus conchas, el romero.

La muiñeira en la verdura
del arrabal solariego;
el Pórtico de la Gloria
abre su pecho gallego.





SEGOVIA
(Cancionero nº 452, 1928)

Áspero cierzo tañe piedra
bordones romanos, Segovia
resuena, caja, Guadarrama
leyendas de Enrique. Se doran
en flor tus entrañas ibéricas
al sol que arrebaña las sombras;

se escurre el Eresma escondido
a oír el rumor de las hojas
tejiendo recuerdo que fueron
de comunidades de gloria.

El Parral, escombros de preces
entre ruinas de tumbas ora;
cuenta siglos de soledades
tu madre Castilla, Segovia.





SONETO XL
(De Fuerteventura a Paris, “Diario íntimo
do confinamiento y destierro” 1924)


¿Cuál de vosotras, olas de consuelo
que rodando venís desde la raya
celestial y surcando con la laya
espumosa a la mar el leve suelo;

cuál de vosotras que aviváis mi anhelo
viene del fiero golfo de Vizcaya?
¿Cuál de vosotras con su lengua ensaya
cantos que fueron mi primer desvelo?

¿Sois acaso sirenas o delfines
a brizar mi recuerdo estremecido
que de la mar se ahoga en los confines?

¿Cuál de vosotras olas del olvido,
trae acá los zortzicos dandarines
de los regatos de mi dulce nido?



SONETO XLI
(De Fuerteventura a Paris, “Diario íntimo
do confinamiento y destierro” 1924)

“Del fiero golfo de Vizcaya llego”,
me canta una ola y a mis pies perece
y con su canto de agonía mece,
Dios mío esta zozobra en que me anego.

Dime, Señor de España, te lo ruego
por la mar de mi tierra, ¿es que merece
tanto baldón que así la entenebrece
y que a su corazón ha puesto ciego?

Oigo, Señor, como mi patria gime
con llanto vil de sórdido mendigo,
sin que haya nadie que sus bretes lime;

gusta bajeza –de ello soy testigo—
y pienso si la mano que la oprime
de verdugo será con tu castigo.







TOLEDO

(Castilla, el paisaje, las montañas,
 las ciudades, los pueblos Cancionero 417a)

Sueña como queda el Tajo
sin que despiertes, Toledo;
deja pasar las veladas,
sigue cunando tu sueño.

Mira a Florinda la Caba
perderse en coso de espejos,
que Don Rodrigo en sus ojos
perdióse y perdió a su pueblo.

¡Jeuda Leví! De su llanto
guardan tus capillas ecos,
Sión, que diste a marranos
muzàrabe canturreo.

Sueña con nebredas de ánimas
en los barrancos del cielo
al resplandor de relámpagos
Que, Josué, detuvo el Greco,

y herrín, orín, verdín, tintes
de solar que roñan tiempos,
y hollín y ceniza ascética
te servirán de memento.

En tus mesones Cervantes
a su sangre dio resuello;
las dos cabezas de tu águila
descabezaban el vuelo.

Caíste con los Borbones
en la sima del recuerdo,
huesa de leyendas mágicas
de godos y de agarenos.

Y el imperio de la Muerte
te dará, imperial Toledo,
en vida que nunca acabe
de Dios el último sueño.



TU ME LEVANTAS TIERRA DE CASTILLA
 (Poesías: Castilla)

Tú me levantas, tierra de Castilla,
en la rugosa palma de tu mano,
al cielo que te enciende y te refresca,
al cielo, tu amo.

Tierra nervuda, enjuta, despejada,
madre de corazones y de brazos,
toma el presente en ti viejos colores
del noble antaño.

Con la pradera cóncava del cielo
lindan en torno tus desnudos campos,
tiene en ti cuna el sol y en ti sepulcro
y en ti santuario.

Es todo cima tu extensión redonda
y en ti me siento al cielo levantado,
aire de cumbre es el que se respira
aquí, en tus páramos.

¡Ara gigante, tierra castellana,
a ese tu aire soltaré mis cantos,
si te son dignos bajarán al mundo
desde lo alto!